El vínculo bidireccional entre el desarrollo de las habilidades lingüísticas y las capacidades de memoria, atención, inhibición y planificación
El lenguaje es una capacidad humana que nos permite comunicarnos, pensar y aprender.
Para entender las palabras que escuchas o lees, tienes que prestar atención y no distraerte. También tienes que recordar cosas importantes. Tienes que ser flexible para entender el significado de nuevas palabras o cosas que no sabes. Tienes que controlarte para no perder el hilo y asegurarte de que entiendes correctamente. Si tienes problemas con estas cosas, puedes tener dificultades para hacer cosas como seguir instrucciones, entender lo que lees y hablar con los demás.
Para hablar tienes que pensar en lo que quieres decir y cómo decirlo. Tienes que recordar las cosas importantes y ponerlas en orden. Tienes que controlarte para no salirte del tema y cambiar la forma en que hablas si ves que no te están entendiendo.
Si tiene problemas con estas cosas, es posible que tengas dificultades para decir cosas o hacer una tarea de manera clara y sencilla. Para estar con los demás tienes que saber comportarte de acuerdo con dónde te encuentres (tranquilo en la biblioteca, activo en el parque, no enojarte si te pierdes un juego), entender cuando molestas a los demás y jugar o trabajar bien con los demás. Tienes que ser flexible para entender lo que piensan los demás y escuchar sus puntos de vista. Tienes que recordar las cosas que otros dicen para hablar con ellos.
Por lo tanto, para desarrollar y usar el lenguaje de manera efectiva, necesitamos otras habilidades cognitivas llamadas funciones ejecutivas (FE).
Las FE son un conjunto de procesos que nos permiten planificar, controlar, monitorear y regular nuestro comportamiento de acuerdo con los objetivos, el contexto y las situaciones nuevas o complejas. Los FE están involucrados en el desarrollo del lenguaje desde una edad temprana. De hecho, los niños que muestran dificultades en la FE también tienden a tener retrasos o trastornos del lenguaje. Algunos componentes de la FE que afectan al lenguaje son:
- Atención, que nos permite centrarnos en los estímulos lingüísticos relevantes e ignorar los irrelevantes.
- Memoria de trabajo, que nos permite retener y manipular información lingüística a corto plazo, como las palabras u oraciones que escuchamos o producimos.
- Planificación, que nos permite organizar nuestro discurso de una manera coherente y adecuada al destinatario y al propósito comunicativo.
- Inhibición, lo que nos permite suprimir respuestas lingüísticas inapropiadas o irrelevantes, como palabras mal escritas o interrupciones.
Las FEs no solo influyen en el desarrollo del lenguaje, sino también en las habilidades posteriores de lectura y escritura. De hecho, para aprender a leer y escribir, los niños deben ser capaces de:
- Prestar atención a los signos gráficos y los sonidos que los representan.
- Memorizar las reglas ortográficas y gramaticales
- Planificar el texto según el género, el tema y la audiencia.
- Inhibir las distracciones y los errores.
Por lo tanto, las dificultades en las FEs pueden conducir a dificultades en la comprensión y producción oral, lo que lleva a trastornos del lenguaje y en la escritura, como la dislexia o la disgrafía.
Atención
Para desarrollar y usar el lenguaje, uno debe ser capaz de prestar atención a los sonidos, palabras, oraciones, contexto y al destinatario de la comunicación. La atención permite seleccionar información lingüística relevante y procesarla a corto y largo plazo.
El lenguaje, a su vez, puede influir en la atención y la percepción de la realidad. De hecho, la forma en que un lenguaje codifica los conceptos puede determinar cómo las personas los categorizan y recuerdan. Por ejemplo, los idiomas que tienen diferentes términos para los colores pueden facilitar la discriminación de los tonos de color. Los lenguajes que usan diferentes formas de expresar el tiempo pueden influir en la representación mental de eventos pasados y futuros. El lenguaje también puede modular la atención emocional, es decir, la tendencia a centrarse en estímulos emocionalmente relevantes.
Imagina que estás en una situación peligrosa, como un incendio o un terremoto. Si alguien te dice «cálmate», «no tengas miedo» o «todo estará bien», probablemente no podrás reducir tu estado de ansiedad y pánico. Por el contrario, si alguien le dice «siga las instrucciones», «salga de aquí» o «pida ayuda», probablemente podrá centrar su atención en las acciones que debe tomar para salir de la situación peligrosa.
Este ejemplo muestra cómo el lenguaje puede influir en la atención emocional, es decir, la tendencia a centrarse en estímulos emocionalmente relevantes. De hecho, el lenguaje puede modular la atención emocional de dos maneras:
- Amplificar la atención emocional cuando se usan palabras que recuerdan o enfatizan emociones negativas, como «miedo», «peligro» o «desastre».
- Reducir el enfoque emocional cuando se usan palabras que distraen o amortiguan las emociones negativas, como «acción», «solución» o «ayuda».
Por lo tanto, el lenguaje puede tener un efecto regulador sobre las emociones, facilitando o dificultando el manejo de situaciones estresantes.
Memoria de trabajo
Para desarrollar y utilizar el lenguaje, uno debe ser capaz de utilizar la memoria de trabajo para:
- Memorizar palabras, oraciones, gramática y reglas ortográficas que se escuchan o producen.
- Integrar la información lingüística con el conocimiento previo y el contexto comunicativo
- Planificar y organizar el habla de una manera coherente adecuada al destinatario y al propósito comunicativo.
- Controlar y corregir cualquier error o ambigüedad en el idioma.
l lenguaje, a su vez, puede influir en la memoria de trabajo y sus componentes. De hecho, la forma en que un lenguaje codifica los conceptos puede determinar cómo las personas los almacenan y procesan. Por ejemplo, los idiomas que tienen diferentes términos para los colores pueden facilitar la memorización de los matices de color. Los idiomas que utilizan diferentes formas de expresar el tiempo pueden influir en la memorización de eventos pasados y futuros. El lenguaje también puede modular la capacidad de inhibir información irrelevante o interferente, lo que puede dificultar la memoria de trabajo.
Planificación
Para desarrollar y utilizar el lenguaje, uno debe ser capaz de utilizar la planificación para:
- Organizar el discurso de una manera coherente y adecuada al destinatario y al propósito comunicativo.
- Anticipar las posibles reacciones del receptor y adaptar su lenguaje en consecuencia.• Gestionar cualquier dificultad o imprevisto que pueda surgir durante la comunicación.
- Gestionar cualquier dificultad o imprevisto que pueda surgir durante la comunicación.
- Supervisar y evaluar la eficacia de su lenguaje y realizar los cambios necesarios.
El lenguaje, a su vez, puede influir en la planificación y sus estrategias. De hecho, la forma en que un lenguaje codifica los conceptos puede determinar la forma en que las personas los organizan y transmiten. Por ejemplo, los lenguajes que tienen una estructura sintáctica flexible pueden facilitar la planificación del discurso. Los lenguajes que utilizan diferentes formas de expresar causalidad o temporalidad pueden influir en la planificación de la acción. El lenguaje también puede modular la capacidad de seleccionar información relevante o irrelevante, lo que puede dificultar o facilitar la planificación.
Inhibición
Para desarrollar y usar el lenguaje, de hecho, uno debe ser capaz de usar la inhibición para:
- Suprimir palabras o expresiones irrelevantes o incorrectas que puedan interferir con el mensaje a transmitir.
- Suprimir distracciones o estímulos que puedan dificultar la comprensión o la producción del lenguaje.
- Suprimir emociones negativas o excesivas que puedan alterar el tono o el contenido del habla.
- Suprimir respuestas automáticas o prematuras que puedan socavar el diálogo o la negociación.
El lenguaje, a su vez, puede influir en la inhibición y sus estrategias. De hecho, la forma en que un lenguaje codifica los conceptos puede determinar la forma en que las personas los seleccionan o suprimen. Por ejemplo, los lenguajes que usan diferentes formas de expresar negación o modalidad pueden influir en la inhibición de declaraciones falsas o improbables. El lenguaje también puede modular la capacidad de inhibir la información emocional, lo que puede dificultar o facilitar la comunicación.
Lenguaje simplificado y funciones ejecutivas
Las FEs continúan desarrollándose hasta la edad adulta, en paralelo con la maduración cerebral. Un buen nivel de FE promueve el desarrollo del lenguaje, mientras que un buen nivel de lenguaje promueve el desarrollo de las FEs.
Por esta razón, es importante evaluar y estimular tanto las FEs como el lenguaje en niños y adolescentes que presentan dificultades en estas áreas. Cuando hay dificultades lingüísticas, puede ser útil simplificar el lenguaje.
El lenguaje simplificado es un modo de comunicación que utiliza palabras y oraciones simples, claras y directas para facilitar la comprensión y la producción del lenguaje por parte de personas con dificultades lingüísticas. El lenguaje simplificado se puede utilizar para mejorar las dificultades en las funciones ejecutivas de las personas con dificultades del lenguaje de varias maneras, incluyendo:
- Mejora la memoria de trabajo, es decir, la capacidad de retener y manipular la información a corto plazo necesaria para realizar tareas cognitivas complejas. El lenguaje simplificado reduce la carga cognitiva y la necesidad de usar la inhibición para suprimir información irrelevante o interferente que puede obstaculizar la memoria de trabajo. Los estudios han demostrado que el lenguaje simplificado puede facilitar la memorización de palabras u oraciones al reducir el número de sílabas o fonemas que deben recordarse.
- Mejora de la planificación y organización del discurso, es decir, la capacidad de organizar el comportamiento de acuerdo con los objetivos, el contexto y las situaciones nuevas o complejas. El lenguaje simplificado facilita la planificación y organización del discurso, utilizando una estructura sintáctica lineal y coherente, evitando subordinaciones, pasivos, negaciones o modalidades complejas.
- Mejorar la comprensión y producción del lenguaje, es decir, la capacidad de utilizar símbolos sonoros y gráficos para comunicarse, pensar y aprender. El lenguaje simplificado facilita la comprensión y la producción del lenguaje, utilizando palabras familiares y concretas, evitando términos abstractos, técnicos o ambiguos, explicando conceptos difíciles con ejemplos o imágenes.
- Mejora la flexibilidad, la regulación emocional y el diálogo, es decir, la capacidad de suprimir o controlar respuestas impulsivas o inapropiadas y generar respuestas mediadas por la atención y el razonamiento. El lenguaje simplificado facilita la regulación emocional y el diálogo, utilizando palabras positivas y alentadoras, evitando palabras negativas o críticas, escuchando activamente y dando retroalimentación.
Medidas e indemnizaciones
El lenguaje simplificado se puede utilizar en diferentes contextos, como la escuela, la familia, la terapia o el trabajo, para fomentar el desarrollo y el aprendizaje de las personas con dificultades lingüísticas.
Existen varias herramientas de evaluación y materiales operativos para mejorar la EF y el lenguaje, tanto en entornos clínicos como escolares. El objetivo es mejorar la calidad de vida y la autonomía de las personas con FE y trastornos del lenguaje.
Se pueden usar varios instrumentos para medir las funciones ejecutivas relevantes para el lenguaje y para mejorarlas y compensarlas en entornos clínicos o escolares, que incluyen:
- Pruebas neuropsicológicas que evalúan diferentes componentes de la FE, como la atención, la memoria de trabajo, la planificación y la inhibición. Ejemplos de pruebas son el Test of Everyday Attention for Children (TEA-Ch), el Digit Span y el Backward Digit Span, la Torre de Londres, el Stroop Test y la Go/No-Go Task1.
- Materiales operativos que estimulan la FE y el lenguaje a través de tarjetas, actividades y juegos para entrenar la atención, la memoria de trabajo, la planificación y la inhibición, o juegos comunes como Tabú o Memoria.
- Herramientas dispensativas y compensatorias que ayudan a los estudiantes con dificultades en FE y lenguaje a realizar tareas escolares. Algunos ejemplos de herramientas son tablas de resumen, mapas conceptuales, listas de verificación, diarios, calendarios, recordatorios, grabadoras de voz, computadoras y tabletas. Estas herramientas pueden facilitar la organización, memorización, comprensión y producción de información lingüística.
Bibliografía1.
- ¿Qué son las funciones ejecutivas?
- Habilidades de la función ejecutiva y lenguaje
- La relación entre las funciones ejecutivas y las habilidades lingüísticas en los niños: un enfoque de variables latentes
- La direccionalidad de la relación entre las funciones ejecutivas y las habilidades lingüísticas: una revisión de la literatura
- Explorar la interacción de la función ejecutiva y el procesamiento del lenguaje en los trastornos cognitivo-comunicativos de adultos